“Si, Dios quiere que su Madre Santísima, sea ahora más conocida, amada y honrada que nunca (las apariciones y revelaciones que Nuestra Señora ha tenido desde 1847). Lo que sucederá sin duda, si los predestinados, con la gracia y luz del Espíritu Santo, entran y penetran en la práctica interior y perfecta de la devoción que voy a manifestarles en seguida (la Sagrada Esclavitud a Jesus por María).
Entonces verán, en cuanto lo permita la fe, a esta hermosa estrella del mar y, guiados por Ella, llegará a puerto seguro, a pesar de las tempestades y de los piratas.
Entonces conocerán las grandezas de esta Soberana y se consagrarán enteramente a su servicio como súbditos y esclavos de amor.
Entonces saborearán sus dulzuras y bondades maternales y la amarán tiernamente como sus hijos predilectos.
Entonces experimentarán las misericordias en que Ella reboza y la necesidad en que están de su socorro, recurrirán en todo a Ella, como a su querida Abogada y Medianera ante Jesucristo.
Entonces sabrán que María es el medio más seguro, fácil, corto y perfecto para llegar hasta Jesucristo y se consagrarán a Ella en cuerpo y alma sin reserva alguna, para pertenecer del mismo modo a Jesucristo.
Pero ¿qué serán estos servidores, esclavos e hijos de María? Serán el fuego abrasador de los
ministros del Señor, que prenderán el fuego del Amor Divino por todas partes, serán como flechas agudas en las manos de esta Virgen poderosa, para atravesar a sus enemigos. Serán los hijos de Leví, bien purificados por el oro del
amor en el corazón, el incienso de la
oración en el espíritu y la
mirra de la mortificación en el cuerpo y por todas partes, serán
Buen olor de Jesucristo a los pobres y a los pequeños, mientras que serán olor de muerte para los grandes, para los ricos y para los orgullosos del mundo.
Serán aterradoras nubes que volarán por los aires al menor soplo del Espíritu Santo y que, sin apegarse a nada, ni extrañarse de nada, ni preocuparse de cosa alguna, descargarán la lluvia de la palabra de Dios y de la vida eterna; tronarán contra el pecado, retumbarán contra el mundo, herirán al Diablo y a los suyos (Comunismo * Masonería * Liberalismo * Sectas); atravesarán de parte a parte, para la vida o para la muerte, con el cuchillo de doble filo de la Palabra de Dios, a todos aquellos a quienes serán enviados de parte del Altísimo.
En su boca tendrán el cuchillo de doble filo de la palabra de Dios, sobre sus espaldas llevarán el estandarte ensangrentado de la Cruz, en la mano derecha el Crucifijo, en la izquierda el Rosario, en su corazón los Sagrados Corazones de Jesús y María, en toda su conducta la Modestia y Mortificación de Jesucristo.
Serán los Apóstoles de los Últimos Tiempos, a quienes el Señor de las Virtudes dará la palabra y la fuerza para obrar maravillas y obtener gloriosos trofeos sobre sus enemigos; dormirán sin oro ni plata y, lo que es más, sin cuidados en medio de los SACERDOTES, Eclesiásticos y Clérigos y, sin embargo, tendrán alas de paloma, para volar con la pura intención de la gloria de Dios y de la salvación de las almas, a donde los llama el Espíritu Santo, y no dejarán detrás de ellos, en los lugares donde habrán predicado, más que el oro de la caridad, que es el cumplimiento de toda ley. En fin, sabemos que serán verdaderos discípulos de Cristo que, caminado sobre las huellas de la pobreza, humildad, desprecio del mundo y caridad, enseñarán el camino de Dios en la Verdad Pura, según el Santo Evangelio y no según las máximas del mundo, sin preocuparse ni hacer acepción de nadie, ni perdonar, ni escuchar, ni temer a ningún mortal, por poderoso que sea. He aquí los grandes hombres (y mujeres) que han de venir, pero a quienes María formará por orden del Altísimo, para extender su imperio sobre el de los Impíos, Idólatras, Mahometanos. ¿Mas cuándo será esto? Solo Dios lo sabe; a nosotros sólo toca callar, rogar, suspirar, esperar. Estas grandes almas, llenas de gracia y de celo, serán escogidas para oponerse a los grandes enemigos de Dios, que se extenderán por todas partes y serán, de una manera especial, devotos de María, fortalecidas por su luz, alimentadas con su leche, conducidas por su espíritu, sostenidas por su brazo, guardadas bajo su protección, de modo que combatirán con una mano y edificarán con la otra. Con una mano lucharán, derribarán y aplastarán a los Herejes con sus herejías, a l os Cismáticos con sus cismas, a los Idólatras con sus idolatrías y a los Pecadores con sus impiedades, y con la otra mano edificarán el templo del verdadero Salomón y de la Mística Ciudad de Dios, es decir, la Santísima Virgen, llamada por los Santos Padres el Templo de Salomón y la Ciudad de Dios. Conducirán a todo el mundo con sus palabras y ejemplos a la verdadera devoción de María, lo cual les acarreará muchos enemigos, pero también muchas victorias y glorias para Dios solo”.
(San Luis María de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción ala Santísima Virgen)
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