Queridos hijos, con amor
Maternal, vengo a tocar sus
corazones para que se abran al amor de mi Hijo Jesús verdaderamente presente en
la Eucaristía.
Hijos míos, la Eucaristía
debe ser el alimento primordial para sus corazones, para que día a día se
transformen a imagen de mi Hijo Jesús.
Todo el ejército de los últimos tiempos está llamado para la Adoracíon
Eucarística, para no dejar solo a mi Hijo Jesús en los Tabernáculos de la tierra.
Hijos míos de cada Sagrario corren ríos de
gracia para el remanente fiel. Oren mucho adorando a la Eucaristía pidiendo por el Papa,
por la Iglesia que está siendo estremecida.
Oren mucho porque Yo por orden de mi Hijo vengo a llamar a las almas
dispuestas a Luchar, a Orar, a Crucificarse, para que mi Inmaculado Corazón
Triunfe, para que mi Inmaculado Corazón Reine, para que mi Inmaculado
Corazón sea la puerta para el Triunfo y el Reinado Eucarístico del Sagrado
Corazón de Jesús.
Hijos míos, como mi ejército, les invito a tener
en sus manos el Santo Rosario, la Cruz en su corazón, y sus rodillas postradas
en Adoración frente al Santísimo Sacramento.
Hijos míos y así me ayudarán
con sus oraciones y ayunos, para que las intenciones de nuestros Sagrados
Corazones Unidos se realicen en las almas. Ayúdenme hijos a soportar el dolor
de la humanidad tan herida, tan vacía de Dios, tan llena de maldad y de
oscuridad.
Hijos míos, no tengan miedo,
que Yo vuestra Mamá del cielo
intercedo ante Jesucristo por cada uno de ustedes. Les Amo y
les Bendigo. Gracias por escuchar mi
llamado de Amor y de Conversión. Vivan en paz. En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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